Estrima@s tod@s!
Podría iniciar deseándoles felices vacaciones, mucho descanso y otras lindezas para festejar que iniciamos una pausa de dos semanas, durante la que olvidaremos a los niños de la escuela para ocuparnos de los hijos propios.Pero sabedor que muchos sólo cambian de escenario para seguir en la rutina diaria de educador, les convido las siguientes reflexiones y un texto que espero sea de ayuda para regresar con buen ánimo el 8 de abril a las labores docentes.
Hace pocos días (12 de marzo) se cumplió un año de que el centro educativo inauguró una gestión diferente. En este tiempo se han atendido muchas problemáticas que la comunidad escolar presentaba o padecía. Así, observamos que hoy en día la escuela atiende aspectos formativos en los alumnos como la lectura, la vida en la cultura de la legalidad, la prevención de accidentes, la formación del pensamiento con talleres de ciencias, la limpieza, el orden, la educación para la salud y en la apreciación de las artes.
Avanzamos en la incorporación de las madres, padres y tutores a la vida escolar, con el fin de corresponsabilizarlos en la formación de los alumnos. Esta decisión fue muy cuestionada antes de ponerse en práctica, pero poco a poco se dejan ver los beneficios de que los padres estén dentro de la escuela en tareas de apoyo a la educación de sus hijos. Así también logramos que la comunidad escolar respalde nuestro trabajo y deje sólo de exigir resultados sin que se involucren compromisos y esfuerzos colectivos.
Diría que enseñamos a los padres de familia a que educar no es tán facil como se cree; los hemos ayudado a reconocer que nuestro trabajo requiere especialización, vocación y mucha paciencia.
Entonces, la lista de logros que observamos en esta comunidad escolar podría ser muy larga, y no que no existan más aspectos en los que se ha mejorado sustancialmente, pero no quiero distraer su atención mostrando que todo va bien. Lamentablemente, en la vida escolar se mantienen formas violentas de relación entre alumnos-alumnos, entre padres-padres y alumnos-adultos (sin relación de consanguineidad).
Las sesiones de Consejo Técnico Escolar las convertimos en espacios de análisis de nuestra realidad escolar,formación docente y para la toma de decisiones sobre los asuntos que tocan a todos los sujetos de la comunidad educativa. En esos espacios, con frecuencia hemos coincidido en que la violencia escolar y la que se vive en la localidad, no tiene sus causas en el gobierno de la clase escolar. No aceptamos que con un gobierno de clase eficaz el problema desaparezca. Hemos avanzado en la gestión eficaz de las sesiones de enseñanza y la violencia no ha desaparecido.
Revisamos textos de investigaciones que muestran y explican que la violencia escolar y social no es responsabilidad de las prácticas docentes (como irresponsablemente algunos políticos, medios de comunicación y autoridades lo dicen); la violencia se explica por las dinámicas sociales, los intereses mediáticos de las empresas, y sobre todo, por la violencia económica contra los sujetos menos favorecidos educativamente.
En nuestro centro educativo decidimos no cruzar los brazos. Implementamos estrategias diversas para disminuir la presencia de violencia en la vida escolar:
a)Aplicamos las normas de convivencia y utilizamos las reglamentaciones oficiales que sancionan con firmeza los hechos de indisciplina y violencia, y logramos una disminución de los eventos violentos en el interior del edificio escolar.
b)Organizamos cursos, talleres y conferencias, dirigidos a los alumnos y padres de familia, para prevenir y orentar sus acciones hacia las consecuencias que genera la violencia.
c)Realizamos eventos de difusión y contacto con el conocimiento científico a un nivel básico, como la Noche de las estrellas en coordinación con el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica y la Sociedad Astronómica de Puebla. Convencidos que el consumo cultural de nuestros alumnos está invadido por una oferta de violencia, les mostramos la maravilla de la observación de cuerpos celestes.
Pero la violencia se mantiene, ya no dentro de la escuela de forma manifiesta sino como "violencia silenciosa", la que se materializa fuera del edificio escolar involucrando a alumnos y padres de familia. Ante esta realidad emergente, para nuestra comunidad educativa, les propongo el estudio de un texto que propone la formación de las competencias sociales de los sujetos. Su autor, Alejandro Castro Santander propone que "cuanto más temprano se actúe en la vida de la persona y/o en el desarrollo de conductas violentas, más efectiva va a ser la acción preventiva y que mientras más temprano se inicien los procesos de enseñanza-aprendizaje de la competencia social, mejores serán los resultados."
Bueno, les propongo acompañar sus vacaciones con la lectura de esta ponencia presentada en el “Congreso Iberoamericano sobre Violencia en las Escuelas” en 2004.
LEE EL TEXTO "CUANDO PREVENIR LA V IOLENCIA NO BASTA"
DA CLIC PARA LEER EL "MANUAL DEL FACTOR PREVENTIVO" DEL PROGRAMA ESCUELA SEGURA